martes, 4 de junio de 2013

Tic, tac



Les horlogers es un corto animado de Renaud Haillée (curiosos también sus CombustionGravité y Sonar) que no deja indiferente...

A partir de puntos, líneas, triángulos, ruedas giratorias, se construye un universo espacio-tiempo en el que diminutos gimnastas (de lo más intrépidos) saltan seguros de caer en el lugar exacto, como un mecanismo de relojería. 

Con cada salto van creando su propio mundo...

Eso es lo que creo que hacemos todos, Zoe, muchas veces. 

Algunos saltos los he dado sabiendo que iba a caer de pie y en el sitio oportuno. 
Otros los he dado sin red: han sido los que más me asustaban pero también los que más felicidad han traído. 
Después de darle un millón de vueltas (los que me quieren conocen y padecen mi yo neurótico, a cuyo lado cualquier personaje de Woody Allen es un prodigio de seguridad y autoconfianza), me he asomado al borde del trampolín y me he zambullido de cabeza, segura de que saldré a la superficie, aunque tenga que dar patadas en el fondo y bracear hasta el último aliento, después de haber encontrado el tesoro escondido en lo más profundo.

Tomar decisiones, dar pasos y saltos al vacío... vivir.



Fiódor Dostoievski decía que sólo el corazón sabe cómo encontrar lo que es precioso.

Los relojes siguen su compás perpetuo y mi corazón late con fuerza porque estoy a punto de encontrarte.

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