viernes, 21 de junio de 2013

Summertime

George Gershwin pasó interminables horas tocando el piano y asistiendo a conciertos durante su infancia y adolescencia.

Llevaba la música en el alma y, explicando los orígenes compositivos de Rhapsody in Blue, decía “con frecuencia oigo música en medio del ruido”. 

Fue tal el éxito de esta obra en su estreno en 1924 que, cuando viajó cuatro años después a Europa, era el músico estadounidense con mayor prestigio internacional de la historia. 
Allí conoció a grandes compositores como Stravinsky, Ravel, Prokofiev, Weill, Schönberg y Berg, que lo admiraban profundamente.

Siempre inseguro por su formación musical, pedía consejos y suplicaba clases a sus compositores preferidos. Según cuentan, Stravinsky, en ese brete, le preguntó cuánto ganaba y, al saberlo (de 100.000 a 200.000 dólares), contestó: “En ese caso, soy yo quien debería estudiar con usted”.
Ravel rechazó la propuesta preguntándole “¿por qué quiere ser un Ravel de segunda pudiendo ser un Gershwin de primera?”

Compuso Porgy and Bess a lo largo de dieciocho meses, escribiendo a mano cada nota de la partitura orquestal definitiva (para demostrar a los periodistas que él era el compositor, algo que lo obsesionaba) y tuvo claro que una ópera jazzística debía ser cantada por un reparto negro.

Después del estreno tuvo que defender durante mucho tiempo que se trataba de una verdadera ópera y no de un musical, y, más aún, que se trataba de una verdadera ópera negra (algo cuestionado por el mismísimo Duke Ellington, por tratarse de un compositor blanco).  

Siempre llevó una doble vida: artista culto y ligero, estadounidense e hijo de inmigrantes rusos, hombre blanco y negro blanco

Con esta obra logró fusionar la rigidez de la escritura musical occidental con la variación improvisada propia de la música afroamericana.

El libreto tiene una mezcla de humor y drama, reflejando el primero al estilo de los musicales de Broadway y plasmando el segundo en una textura vocal-sinfónica al modo de Wozzeck, la ópera de Alban Berg, emblema del siglo XX.

Así como en Wozzeck Marie canta a su hijo la nana Eia popeia, en Porgy and Bess hay una canción de cuna, Summertime, que Bess canta al bebé de Clara precedida por su característico balanceo de acordes aterciopelados.

Una de las versiones más conocidas es la interpretada por Ella Fitzgerald y Louis Armstrong.


Zoe, hoy empieza la nueva estación y dentro de unos días te cantaré muy bajito es verano y vivir es fácil...

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