sábado, 1 de junio de 2013

Ningún ruido...



Este monasterio, conocido como Hanging temple, “cuelga” a 75 metros de altura sobre la pared vertical del cañón Jinlong, cerca del Monte Heng, en la provincia de Shanxi, China.

Construido hace más de 1.500 años, está dividido en varios pabellones que se funden con el entorno natural de la ladera rocosa sobre el precipicio y comunicados entre sí mediante corredores, pasarelas y escaleras. 

Se distingue también por integrar elementos budistas, taoístas y confucionistas. Las estatuas de Sakyamuni, Confucio y Lao-Tsé conviven unas junto a otras, algo muy poco habitual en un monasterio.

El lugar de la construcción respeta un principio fundamental del taoísmo:

Ningún ruido ni canto de gallo ni ladrido.

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