Esta simpática y colorista escena, obra del fotógrafo Oliviero Toscani para la firma Benetton, me lleva a mi adolescencia en el año 89.
No es mi intención opinar sobre las polémicas que levantan las campañas publicitarias de esta empresa, ni sobre el efecto buscado: hacer ruido a través de la provocación o incluso la ofensa.
Tampoco voy a profundizar en la incoherencia que supone fomentar los ”colores unidos” como emblema de la armonía étnica y, al mismo tiempo, no respetar las disposiciones normativas europeas sobre las operaciones de inversión en los países en vías de desarrollo o conculcar los derechos de pueblos indígenas como las comunidades Mapuche sobre las tierras que tradicionalmente ocupan.
Si le cedo un lugar aquí es porque Benetton rara vez ha basado su publicidad en la ropa que vende y, en su momento, esta campaña tuvo una gran influencia para dar a conocer la multiculturalidad como realidad, para su aceptación como algo positivo. Sabemos que el poder de la publicidad es abrumador.
Pero, a pesar de haber transcurrido casi un cuarto de siglo, queda mucho por hacer...
Últimamente he leído bastante sobre la identidad étnica y me hago muchas preguntas.
No tienen respuesta fácil.
Recomiendo la lectura del blog Adopción por Dentro y agradezco a su autora lo mucho que aprendo de ella.
Que uno de tus hijos haya nacido en otra cultura plantea la cuestión del desarrollo de su identidad étnica y cómo ayudarlo en ese camino.
El antropólogo noruego Anund Brottveit ha estudiado el desarrollo de la identidad étnica de personas de nacionalidad noruega adoptados en Corea del Sur y Colombia*. Los eligió por ser personas que destacan en un país de rubios con ojos azules, con un entorno cultural tan homogéneo como el noruego.
España es un país mucho más multicultural (siempre lo ha sido) pero las identidades étnicas siguen ocupando compartimentos casi estancos. Los niños adoptados que pertenecen a otras etnias siguen llamando la atención por la calle.
Nos corresponde a los padres ayudar a nuestros hijos a desarrollar una identidad étnica segura.
Para Brottveit, habría tres tipos de identidad étnica.
Crecer aislado de su cultura de origen, ignorándola, es asumir una identidad étnica falseada (identidad uniétnica, según Brottveit). Si por fuera eres chino y no tienes ni idea de lo que es ser chino, es difícil que te comprendas a ti mismo y es probable que la actitud de los demás haga que sientas cuestionada tu pertenencia al grupo, lo único que conoces.
Los orígenes de una persona son parte esencial de su identidad.
Durante la adolescencia es normal que los adoptados rechacen su cultura de origen porque su meta es ser igual que los demás, pertenecer al grupo. Pero después es muy importante desarrollar y madurar la identidad étnica.
Ahora bien, por mucho que se bucee en la cultura del país de origen y se integren aspectos de sus dos culturas (identidad doble-étnica, según Brottveit), los adoptados adultos se sienten extranjeros y extraños cuando viajan a él.
Por ello, parece que desarrollar la que el antropólogo denomina identidad cosmopolita es lo ideal: la persona que siente sus raíces con seguridad al tiempo que explora el mundo con una actitud abierta, tiene más posibilidades de madurar en este aspecto.
La clave estaría en darle más importancia a la identidad personal que a la étnica.
Esto implica aprender sobre la cultura de origen pero con las puertas abiertas al mundo entero para tener siempre presente que todos somos ciudadanos del mundo y sentirnos como tales.
*Anund Brottveit, "'I didn't want to look different' - Identity Development, External Categorisation, and Ethnic Identity of Adoptees from Columbia and Korea", Oslo: Diaconia College Center, 1999.
Tampoco voy a profundizar en la incoherencia que supone fomentar los ”colores unidos” como emblema de la armonía étnica y, al mismo tiempo, no respetar las disposiciones normativas europeas sobre las operaciones de inversión en los países en vías de desarrollo o conculcar los derechos de pueblos indígenas como las comunidades Mapuche sobre las tierras que tradicionalmente ocupan.
Si le cedo un lugar aquí es porque Benetton rara vez ha basado su publicidad en la ropa que vende y, en su momento, esta campaña tuvo una gran influencia para dar a conocer la multiculturalidad como realidad, para su aceptación como algo positivo. Sabemos que el poder de la publicidad es abrumador.
Pero, a pesar de haber transcurrido casi un cuarto de siglo, queda mucho por hacer...
Últimamente he leído bastante sobre la identidad étnica y me hago muchas preguntas.
No tienen respuesta fácil.
Recomiendo la lectura del blog Adopción por Dentro y agradezco a su autora lo mucho que aprendo de ella.
Que uno de tus hijos haya nacido en otra cultura plantea la cuestión del desarrollo de su identidad étnica y cómo ayudarlo en ese camino.
El antropólogo noruego Anund Brottveit ha estudiado el desarrollo de la identidad étnica de personas de nacionalidad noruega adoptados en Corea del Sur y Colombia*. Los eligió por ser personas que destacan en un país de rubios con ojos azules, con un entorno cultural tan homogéneo como el noruego.
España es un país mucho más multicultural (siempre lo ha sido) pero las identidades étnicas siguen ocupando compartimentos casi estancos. Los niños adoptados que pertenecen a otras etnias siguen llamando la atención por la calle.
Nos corresponde a los padres ayudar a nuestros hijos a desarrollar una identidad étnica segura.
Para Brottveit, habría tres tipos de identidad étnica.
Crecer aislado de su cultura de origen, ignorándola, es asumir una identidad étnica falseada (identidad uniétnica, según Brottveit). Si por fuera eres chino y no tienes ni idea de lo que es ser chino, es difícil que te comprendas a ti mismo y es probable que la actitud de los demás haga que sientas cuestionada tu pertenencia al grupo, lo único que conoces.
Los orígenes de una persona son parte esencial de su identidad.
Durante la adolescencia es normal que los adoptados rechacen su cultura de origen porque su meta es ser igual que los demás, pertenecer al grupo. Pero después es muy importante desarrollar y madurar la identidad étnica.
Ahora bien, por mucho que se bucee en la cultura del país de origen y se integren aspectos de sus dos culturas (identidad doble-étnica, según Brottveit), los adoptados adultos se sienten extranjeros y extraños cuando viajan a él.
Por ello, parece que desarrollar la que el antropólogo denomina identidad cosmopolita es lo ideal: la persona que siente sus raíces con seguridad al tiempo que explora el mundo con una actitud abierta, tiene más posibilidades de madurar en este aspecto.
La clave estaría en darle más importancia a la identidad personal que a la étnica.
Esto implica aprender sobre la cultura de origen pero con las puertas abiertas al mundo entero para tener siempre presente que todos somos ciudadanos del mundo y sentirnos como tales.
*Anund Brottveit, "'I didn't want to look different' - Identity Development, External Categorisation, and Ethnic Identity of Adoptees from Columbia and Korea", Oslo: Diaconia College Center, 1999.
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