sábado, 24 de agosto de 2013

¡A comer!







Zoe, hija mía, no te imaginas lo orgullosa que me siento cada vez que te veo comer solita, vestirte o intentar ponerte tus zapatos.
Además, da gusto verte comer, te gusta probarlo todo, disfrutas con la comida y lo expresas con mucha alegría.
Cuando no quieres más lo dejas muy claro diciendo no con la cabeza y siempre nos ofreces un poco de tu plato.
¡Eres un solete!

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