domingo, 26 de mayo de 2013

Madre e hija





Tenemos dos amigas que son madre e hija: Graciela y Sara.

El hilo rojo nos unió a ellas dando varias vueltas...

Primero tuvimos la suerte de descubrir, en pleno centro de Madrid, en la calle Bordadores, el delicioso restaurante Yerbabuena que regenta junto a Bienvenido, su socio (el autor de esta maravilla de plato). Un lugar lleno de colores y placeres, basado en el respeto por los seres vivos. Allí se respira tranquilidad, salud y alegría, al tiempo que se disfrutan sabores y aromas exquisitos de alta cocina vegetariana...

No todo el mundo hace el esfuerzo de vivir realmente de acuerdo con sus ideas. Graciela demuestra cada día su coherencia y su amor por la vida en todo lo que hace.

Más tarde nos conocimos como madres de alumnos en el colegio de nuestros hijos.

Si escribo aquí sobre ellas, Zoe, no es sólo por lo mucho que las quiero, sino porque  hace algo más de nueve años hicieron el mismo viaje que haremos tú y yo este verano.

Sara y tú sois de la misma provincia de China, Guangxi, y Graciela fue a buscarla cuando ella tenía la edad que tú tienes ahora.

Son alegres y generosas, tiernas y divertidas... Maravillosas. Las vas a querer mucho y ellas a ti.

Además, Sara no sólo es una excelente estudiante y una niña responsable y encantadora, es que, además, ¡es bailarina!

¿Se puede ser más bonita?



Graciela, linda, muchas gracias por estar siempre para mí, para todos nosotros, por tu ejemplo de mujer y madre valiente, por darme ánimos y valor, por todo tu cariño.

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