Mujeres batiendo seda (Hui Tsung, 1082-1135) |
Como muchos otros niños, fui la orgullosa dueña de una cajita de cartón con gusanos de seda.
La idea de ver cómo estos diminutos seres crecían (unos pequeñísimos gusanos que miden pocos milímetros llegan a ser suaves orugas blancas o con rayas grises) y se convertían en mariposas era algo mágico.
Pensaba que esta costumbre se había ido perdiendo con los años pero, durante este mes, muchos de mis alumnos del instituto están criando gusanos de seda, fascinados al ver todo el ciclo de la vida de una manera sencilla y natural en poco tiempo.
Además, sorprende ver cómo se responsabilizan de su cuidado y esto tiene gran valor para el futuro.
Pensé en llevarme unos poquitos a casa, para que los vieran Bruno y Ariel, pero finalmente lo descarté por sentirme incapaz de asumir más tareas.
Pensé en llevarme unos poquitos a casa, para que los vieran Bruno y Ariel, pero finalmente lo descarté por sentirme incapaz de asumir más tareas.
Sabemos que en la antigua
China, alrededor del año 3000 a. C., se elaboraban tejidos de seda y hay
evidencias de su uso general hacia el año 1300 a. C.; por entonces la
Emperatriz de China Xi Ling-Shi (Hsi-Ling-Shih o Lei-tzu) vestía bellos trajes de seda.
Según la leyenda, estaba
tomando el té bajo una morera de su jardín en el Palacio Real y un capullo de
gusano de seda cayó en su taza.
Al intentar sacarlo,
se deshilachó, y ella, que era una gran tejedora, tomó el hilo y lo tejió.
El secreto de la
seda se guardó dentro de las fronteras de China hasta mil quinientos años
después de su descubrimiento.
Pasó de ser un
tejido reservado exclusivamente a los miembros de la familia imperial china,
tanto para su propio uso como para ser regalado, a popularizarse. Con el
tiempo, su producción se extendió, tanto geográfica como socialmente, hasta
otras zonas de Asia.
La seda se convirtió
rápidamente en un tejido de lujo muy apreciado por los comerciantes, debido a
su textura y brillo, además de ser un producto muy accesible y cómodo de
transportar, constituyendo un elemento básico del comercio internacional
pre-industrial.
La primera prueba
del comercio internacional de la seda fue el hallazgo de una fibra de seda en
el pelo de una momia egipcia de la 21ª dinastía, alrededor del año 1070 a. C.
La ruta
de la seda (término creado por el geógrafo alemán Richthofen quien lo introdujo en su obra Viejas y nuevas aproximaciones a la Ruta de la seda, en 1877) se extendía
desde Chang'an (actualmente Xi'an) en China, Antioquía en
Siria y Constantinopla (actualmente Estambul, Turquía) a las
puertas de Europa y llegaba hasta los reinos hispánicos en el siglo XV.
Pocos placeres son comparables a vestir un traje de seda en verano... Una maravilla más de tu tierra, Zoe.
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