Una Bai Jia Bei (Colcha de los cien buenos deseos) es una antigua tradición del norte de China con la que se celebra la llegada de un nuevo hijo. La colcha se realiza uniendo los retales de tela con los que contribuyen familiares y amigos, de modo que cada pedacito representa los buenos deseos para la vida del recién llegado.
Según cuenta la historia, la última emperatriz de la dinastía Quing, fue una simple concubina, hasta el día que tuvo la suerte de dar a luz, al único hijo varón del emperador.
Durante un tiempo, se vio forzada a dejar solo a su hijo, y concibió un plan para protegerle de las viejas esposas del emperador, y obligar a las poderosas familias Manchúes, a cesar en su empeño de reclamar el trono.
A cada uno de los jefes de los cien clanes más poderosos del Imperio, les pidió una bobina de la mejor seda. Encargó a los costureros del palacio que cortaran estas piezas en pedacitos más pequeños, y con estos trozos hacer un traje para su hijo. Así, simbólicamente, pertenecería a cada una de estas cien nobles y poderosas familias. Y bajo su protección los dioses no osarían hacerle daño.
La colcha guarda la suerte, energía y buenos deseos de todos los familiares y amigos que contribuyen con el retal.
Zoe, tu abuela Carmen te está haciendo una bai jia bei con los retales que mis amigas me están regalando.
Cuando esté terminada, cambiaremos la foto por la de la tuya.
Por mi parte, estoy recogiendo los buenos deseos para ti en un álbum, para que lo guardes como recuerdo.