Mi amiga, mi cómplice, mi compañera de malos y buenos ratos.
Siempre estás ahí, a mi lado a pesar de la distancia, no necesitamos ni un segundo para retomar nuestra última charla: nuestra confianza y el cariño que nos tenemos sigue intacto.
En los momentos decisivos siempre he podido contar contigo, sin ni siquiera pedírtelo.
Qué pena no estar más cerca pero qué suerte tuve al encontrarte...
Gracias, Maika, por todo. Sabes que te quiero y te quiero.
¡Espero que ayer tuvieras un feliz cumpleaños!
Ojalá 2014 nos traiga muchos buenos ratos juntas.
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