Desde que llegaste a casa te han salido cuatro muelas y un diente. Todos a un tiempo y no te has quejado nada de nada.
A finales de mayo se le cayó a Bruno su primer diente y lo celebramos siguiendo la tradición del Ratoncito Pérez.
Tus hermanos adoran el cuento del ratón que vivía en una caja de galletas Huntley en la confitería Prast situada en el número 8 de la calle del Arenal de Madrid (obra del jesuita Luis Coloma, dedicado al rey Alfonso XIII cuando era niño).
Este ratón por las noches "recorrría los aposentos de los niños de la realeza, de la nobleza, de la burguesía y de los niños de la más absoluta pobreza", buscando un diente de leche que cambiaba por una sorpresa.
Hace dos semanas cayó el segundo y esto ha dado pie a situaciones bastante divertidas...
Ayer estabais en la bañera, con los cepillos de dientes, cuando Bruno exclamó: ¡Jo, ahora Ariel tiene más dientes que yo!
Papá lo animó diciéndole que dentro de nada le saldría un diente nuevo (ya asoma en la encía) pero que tenía que hacerse a la idea de que irían cayendo uno tras otro.
Hoy Ariel ha ido un paso más allá en el tema. Cenando, os ha mirado a Bruno y a ti y ha dicho: "De los niños de esta familia soy el que más dientes tiene..."
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