Durante todo el tiempo que estuvimos esperándote, incluso antes, tuve la fortuna de contar con una amiga que ya había recorrido el mismo camino para formar su familia.
Hoy su hija es una niña bellísima con unos ojos llenos de estrellas, a punto de convertirse en una mujer... y sé lo felices y afortunados que se sienten todos.
Compartimos muchas cosas en nuestro día a día y solamente verla me llenaba de fuerza y determinación.
En los momentos de duda, miedo e incertidumbre, siempre supo transmitirme la confianza e ilusión que ella lleva en su corazón.
Con la enorme generosidad y elegancia que la definen accedió a escribir una de las cartas de recomendación necesarias para obtener el visto bueno del CCCWA.
Nunca le agradeceré lo bastante toda la ayuda, los ánimos y la compañía porque ahora entiendo y siento en mi propia piel sus palabras.
Gracias, Eva, de corazón, por todo.
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