Esta semana leí la siguiente historia:
Kelly Dirkes estaba comprando en un supermercado con su bebé adoptado y con síndrome de Down, a la que llevaba colgada de una mochila, cuando una mujer se le acercó y le dijo: “no deberías llevarla así, porque la estás mimando demasiado”.
La anécdota, que ocurrió en un establecimiento de la cadena Target en Ohio (Estados Unidos), ha motivado que Dirkes escriba una carta, publicada en su página de Facebook.
Querida Mujer del Target:
Yo lo había oído antes, sabes. Eso de “mimar a ese bebé". Usted me lo dijo porque estaba convencida de que ella nunca iba a aprender a ser “independiente”. Le sonreí, besé su cabeza, y continué con mis compras.
Si usted supiera lo que yo sé.
Si supieras cómo ella pasó los primeros diez meses de su vida completamente sola dentro de una cuna de metal, sin nada con lo que consolarse aparte de chuparse los dedos.
Si supieras lo que había en su rostro cuando su cuidador del orfanato me la entregó- fugaces momentos de serenidad mezclados con puro terror. Nadie la había sujetado de esa manera antes, y no tenía ni idea de lo que se suponía que debía hacer.
Si usted supiera que se iba a sentar en su cuna después de despertar y nunca iba a llorar porque, hasta ese momento nadie había acudido a calmarla.
Si usted supiera que la ansiedad era una parte estándar de su día, además de golpear su cabeza en los barrotes de las cunas y meciéndose a sí misma tranquilizarse.
Si supiera que ese bebé que transporto ya es desgarradoramente “independiente” –y cómo vamos a pasar minutos, horas, días, semanas, meses y años tratando de anular la parte de su cerebro que grita “trauma” y “no es seguro”.
Si usted supiera lo que yo sé.
Si supiera que ese bebé ahora lloriquea ahora cuando se le acuesta en vez de cuando se la recoge.
Si supiera que ese bebé “canta” a todo pulmón por la mañana y después de la siesta, porque sabe que su grito va a hacer que alguien la saque de su cuna y le cambie el pañal.
Si supiera que ese bebé prefiere dormir en los brazos de su mamá o de su papá en lugar de meciéndose.
Si supiera que ese bebé hizo que todos llorar el día que se desperezó por comodidad, de manera totalmente espontánea.
Si usted supiera lo que yo sé.
“Mimar a ese bebé" es el trabajo más importante que jamás tendré, y es un privilegio. Me va llevar más tiempo - tan largo como ella me lo permita - porque ella está aprendiendo que está a salvo. Que ella pertenece. Que es amada.
Si tan solo lo supieras…
Hoy se cumplen tres años que llegó tu LOA, Zoe, ya estábamos preparando el viaje para ir a buscarte.
Te miro y pienso: Estás a salvo. Tienes una familia. Te quiero y te quiero.
Precioso Nuria.
ResponderEliminarSoy Paqui, de Canarias, y quería decirte que Diego y yo vamos a solicitar de nuevo la adopción de un menor a través de Pasaje Verde, por supuesto.
A ver si todo va bien y tenemos suerte.
Es precioso lo que acabo de leer y conocemos el "antes" de esos niños y nosotros queremos ofrecerle nuestro mejor "después".
Recibe un fuerte abrazo.