Estos días son muy especiales para toda la familia porque todos, Zoe, recordamos que hace dos años por estas fechas tú y yo llevábamos tres días juntas. A estas alturas ya me habías dedicado tu primera sonrisa, a la que seguirían millones...
Aquellos días te ofrecí una galleta María que agarraste con tu manita, chupaste un poquito y no soltaste hasta que se desintegró. Cuando te dormías, te la quitaba y al día siguiente te daba otra, que no soltabas en todo el día.
Supongo que te aferrabas a aquellas galletas porque te iba la vida en ello.
Recuerdo el día que viste el paquete lleno, la carita de sorpresa que pusiste...
Muy poco tiempo después ya no guardabas comida, sabías que siempre iba a estar a tu alcance y dejó de preocuparte.
En las fotos de aquellos primeros días llevas siempre una galleta en la mano y esa galleta se convirtió en un símbolo de seguridad y de amor.
Hoy nuestra querida Fanny, que fue una de las primeras en recibirte con todo su cariño a nuestra llegada a casa, te ha regalado una diadema ¡con una galleta María!
Y así posas tan coqueta y presumida como siempre...
Muchas gracias, Fanny, ¡qué regalo tan dulce y tan bonito!
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