Hoy J y yo celebramos nuestro octavo aniversario de boda.
De aquella mañana de verano recuerdo, sobre todo, el cielo transparente de Manhattan, el sol radiante, las margaritas de mi ramo de novia, como soles pequeñitos, mis nervios y nuestras risas por mil momentos divertidos.
¡Cuántas cosas buenas nos estaban esperando... y cuántas quedan por venir!
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